El pasado fin de semana vimos como la Unión Europea concedía lo que el gobierno denominó un “préstamo en condiciones favorables”, por un importe aproximado de 100.000 millones de euros. Estos fondos tienen un claro destino, nuestras entidades financieras, o mejor dicho nuestras cajas, cuyo agujero provocado por los denominados activos tóxicos (suelo), no sólo es descomunal, sino que ni siquiera ha sido cifrado todavía.
Aparentemente, lo poco que conocemos sobre el acuerdo es que el importe parece que rondará esos 100.000 millones de euros y que el tipo de interés, ostensiblemente inferior al del mercado, rondará el 3% ó 4%. El dinero irá a parar al FROB (el archinombrado Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria), quien se encargará de recapitalizar aquellas entidades en dificultades, así como de supervisar a las mismas una vez rescatadas. Falta por conocer si el dinero que nos van a “prestar en condiciones favorables” provendrá del ESM o del EFSF, algo que no es baladí, tiene sus diferencias, sobretodo en términos de prelaciones de pago.
Se afirmó por activa y por pasiva que los hombres de negro no entrarían en España, pues bien, parece que esto no será así, la Troika no solo analizará y estudiará a aquellas entidades a las que se les presten fondos sino que se cerciorará personalmente del exigido cumplimiento de déficit por parte del gobierno español, de un modo si cabe más ferreo. El “préstamo en condiciones favorables” no es gratuito en contra de lo que nos están diciendo, la troika se va a asegurar de que aquellas pequeñas “recomendaciones y sugerencias” que hizo al gobierno español se lleven a cabo antes de lo previsto: ya avisaron que el IVA debía de incrementarse más, del mismo modo que el recibo de la electricidad. Igualmente afirmaron que convendría una bajada del salario de los funcionarios, que no les gustaba la laxitud a la hora de subir la edad de jubilación, que cuanto antes mejor, y quedan en el aire cuestiones abiertas sobre la posible reducción del número de funcionarios, además de los consabidos recortes en educación y sanidad.
En cualquier caso, dada la situación de extrema delicadeza, para nuestro sector financiero, el acuerdo es positivo. Es necesario recapitalizar los balances de las cajas lo antes posible. Ha quedado demostrado que el problema de España no radica en un estado sobre endeudado, las cuentas no son las más deseables posibles, pero la solvencia del estado es buena, nuestro agujero se encuentra en el sector financiero, a grandes rasgos nuestra situación es muy parecida a la de Irlanda (quien supo agachar las orejas y pedir el rescate a tiempo…), los débiles balances de las entidades financieras de nuestro país, son los que han puesto en duda la solvencia de todo el país.
Pese a lo positivo, por la finalidad del mismo, me sigue surgiendo una gran duda, la cuál ya ha sido señalada por economistas como Joseph Stiglitz o Xavier Sala i Martín. Si España ante las dificultades a la hora de colocar sus subastas de deuda pública, exige a las entidades financieras españolas que sean ellas quienes la adquieran (más del 70% del montante de las últimas subastas), y por otro lado, Europa concede a España un “préstamo en condiciones favorables”, para que sea reinyectado el dinero en los bancos para tapar sus agujeros, no suena esto a la pescadilla que se muerde la cola?.
Se ha dado un gran paso, pero dudo que sea el definitivo, como todo rescate que ha habido hasta ahora, más bien suena a parche, hasta que las autoridades supranacionales inoperantes hasta el momento, decidan poner fin al problema en su conjunto.
Juan Ruiz